sábado, 17 de junio de 2006

Casa Chubi....la dulzura de la vida.


Por Iván Villarroel.

La palabra nuevo es lo que mas se escucha por estos tiempos en relacion a la entrega de las "nuevas" casas chubi. En este sentido se escucha: "se realizara una nueva política de vivienda, a partir de este año se harán levantamientos por barrios, nuevos comites y grupos de expertos. Pero la pregunta que surge al conocer estas estos conceptos en casi de inevitable: ¿acaso los problemas en relación a las viviendas sociales son nuevos?, no desconozco las ideas y esfuerzos que realia el actual gobierno en esta materia y parto de la base de que se obra con voluntad y conciencia. La sensación que queda es la poca visión temporal, la falta de un análisis de tendencias. Por ejemplo al ver un mapa del gran Santiago por cada decada a partir del 70 se puede ver una redistribución de las población o como se llaman en Chile "poblaciones callampas", en el sentido oriente a poniente y sur.

Lo que se puede apreciar a grandes rasgos es el siguiente esquema:

El Estado le ha entregado la política habitacional al mercado, el mercado quiere ganar dinero, los pobrez no son rentables, no pueden pagar suculentos dividendos, los terrenos se tasan de acuerdo a su localización y disponibilidad de servicios, la relación costo beneficio de los terrenos para viviendas sociales versus construcciones en altura o condominios esta clara (desde una visón económica mas no social e igualitaria.....), finalmente las viviendas sociales se construyen en los terrenos más baratos y por consecuente con mayores problemas (drenaje, contaminación, falta de áreas verdes...).

El problema hasta ahora es que desde mi punto de vista la relación mencionada anteriormente todavía no se ha roto. Por lo tanto hay que tomar atención a todos los sintomas que fomentan la segregación, inequidad, problemas sociales.

Hay que construir soluciones con proyecciones, visualizar su tendencia en el tiempo y sus efectos en los diferentes territorios.

A modo de dato: en el Gran Santiago viven 1.200.000 personas por cada 400 ha., y 5.3000.000 por cada 100 ha. Da para pensar que algo no anda bien y necesita urgentemente ser cambiado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las "Casas Chubi" son otro ejemplo de las ya preocupantes formas de exclusión, mientras más nos asustamos por los altos porcentajes de inseguridad de nuestras calles y la violencia de los "delincuentes". No nos inmutamos frente a la constante frustación y violencia que generan estos ghetos. No me cabe duda que en la administración pública hay buenas personas, pero cada vez más desconfío de la capacidad de planificación a largo plazo que poseen, ya que con mayor frecuencia nuestras ciudases se transfoman en lugares hostiles que segregan con vehemencia a los que no pueden pagar las casas de 1.800 UF - que también son mal cosntruidas y sobrevaloradas-.
Lo poer de todo es que nadie se hace cargo, ni la empresa privada que lucra con una necesidad básica que es el derecho a tener un techo "DIGNO", ni las autoridades que aceptan las licitaciones públicas para construir "estas casas".
En un par de años no me asombraria en mirar un noticiario amarillista y ver a las casas Chubi sean demolidas (la verdad sería un alivio) para construir otras. Pero ahí debemos estar los profesionales y ciudadanos para obligarlos a crear barrios más amables, dar paso a una nueva vivienda social, que sea más amplia y queaevite que los habitantes salgan a la calle porque no hay espacio ni intimidad. Que las casas sociales no sean parches, sino que formen una comunidad con Espacios Públicos que mejoren la calidad de vida de las personas e integren a la comunidad, poruqe aun sea poco, los pobres también pagan.